domingo, 22 de enero de 2012

El plan nazi para extender la subversión en Palestina

Amin el Hussaini.
El régimen nazi planeó propagar la subversión en Palestina en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, cuando este territorio estaba administrado por Reino Unido, según los archivos secretos dados a conocer por los servicios de espionaje británicos.

En este complot, que finalmente fracasó, se contaba con la colaboración de Mohammed Amin el Hussaini, Gran Mufti de Jerusalén, exilado en Berlín, así como con la aprobación del jefe de los servicios de seguridad de Hitler, Heinrich Himmler.

Palestina, en 1944, era un mandato en conflicto, y las autoridades británicas trataban de mantener el orden entre las comunidades árabes y judías enfrentadas.

Los alemanes, por su parte, tenían planeado armar a los palestinos para incitarles a alzarse contra los judíos, para lo que en 1944 se formó un comando compuesto por dos oficiales nazis y tres árabes.

Su líder, el coronel Kurt Wieland, que sabía hablar árabe, se había reunido en varias ocasiones con el Mufti, y desarrollaron juntos un plan para lanzarse en paracaidas sobre territorio palestino, establecer una base, crear un servicio de espionaje y enviar la información a Berlín, y reclutar y armar a los palestinos con el oro nazi.

La operación resultó un fiasco 

La explicación del fracaso de dicha operación aparece documentada en las transcripciones de los interrogatorios efectuados al coronel Wieland y a dos de sus hombres, que fueron capturados, por los oficiales del MI5 (servicios de espionaje británicos de la época).

Simpatizantes nazis en Palestina.
El plan tuvo que retrasarse ya que, antes de que el comando emprendiese el vuelo, los seguidores del Mufti estropearon los detallados planes de Wieland, cambiando su equipación sin consultarle y obligándole a suspender el primer viaje.

Después, cuando lograron salir, en octubre de 1944, el piloto se perdió y los paracaidistas, que planeaban aterrizar en el norte de Jericó, lo hicieron en el sur, desperdigados y sin sus equipos de radio.

El coronel Wieland y sus dos compañeros se refugiaron en un pueblo árabe, en una cueva y en un monasterio ruinoso, no recibieron apoyo de los rebeldes árabes y fueron capturados una semana después. Los otros hombres nunca fueron encontrados.

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