sábado, 29 de octubre de 2011

Kaminsky, el falsificador argentino que salvó a tres mil judíos del nazismo

Su hija Sara recuerda en un libro cómo puso su habilidad a disposición de la resistencia francesa y de la oposición a la dictadura en España, Guatemala y Grecia

El argentino Adolfo Kaminsky salvó la vida de 3.000 personas durante la ocupación nazi en Francia por su habilidad como falsificador de documentos que puso a disposición de la resistencia francesa, revela un libro publicado en Argentina.

«Adolfo Kaminsky. El falsificador», escrito por la hija del protagonista, Sara Kaminsky, sobre la base de entrevistas a su padre, también ahonda en su trabajo para el Frente de Liberación Nacional (FLN) durante la guerra de independencia de Argelia, su formación de antifranquistas en España y su ayuda a combatientes contra las dictaduras en Guatemala y Grecia.

«Necesité dos años de investigación y una veintena de entrevistas para conocer a Adolfo Kaminsky, yo, que solo conocía a papá. Necesité a veces la mirada de otros sobre él para comprender sus elecciones, su vida de falsificador, de clandestinidad, sus compromisos políticos», relata la autora en el texto.

Con apenas 17 años, Adolfo se convirtió en un experto de la falsificación gracias a sus labores en una tintorería, sus contactos con un vendedor de químicos y su propia intuición, que le llevó a hacer varios experimentos con éxito.

Su especialidad le permitía hacer desaparecer el rastro de la tinta o registrar nuevos datos de una persona en un documento falso como si fuera original, describe el libro editado en Argentina por Capital Intelectual.

Para aquel entonces ya hacía varios años que Kaminsky, nacido en Buenos Aires en 1925 e hijo de rusos, residía con su familia en Francia.

Los conocimientos que acumuló sobre falsificaciones crecieron casi al mismo tiempo que avanzaba el nazismo en Francia, donde aún reside este antiguo miembro de la resistencia.

En 1943, el entonces joven y su familia fueron arrestados para ser trasladados al campo de concentración de Drancy, cerca de París, una «antecámara de la muerte» donde 77.000 prisioneros, principalmente judíos, fueron reagrupados antes de ser llevados a los centros de exterminio nazis.

Fue la ayuda del Consulado argentino en Francia la que permitió que la familia fuera liberada después de tres meses de detención, en los que descubrió «a los judíos y su diversidad» y «a través de ellos» se sintió judío, una sensación que «nunca más» lo abandonó, cuenta en el libro.

Rápidamente comenzaron los contactos con la resistencia y su incorporación a un pequeño laboratorio con fachada de taller artístico en el que preparaba cientos de documentos que, en muchos casos, se convirtieron en carta de salvación.

«Mantenerme despierto. El mayor tiempo posible. Luchar contra el sueño. El cálculo es sencillo. En una hora fabrico 30 documentos vírgenes. Si duermo una hora, morirán 30 personas», pensaba Kaminsky mientras se daba ánimos para falsificar documentos con el fin de salvar a niños judíos de la deportación.

El muchacho también intentaba «mantener la calma», «camuflar» las emociones, «comprimir el miedo, disimular la angustia» cuando se topaba con requisaciones en el metro de París.

Kaminsky, hijo de una judía que murió -según cree- a manos del nazismo, transmite en el relato su desesperación por llegar a tiempo a distribuir los documentos falsos en las casas de quienes, de lo contrario, unas horas más tarde serían deportados.

A una mujer, recuerda, «le expliqué que nuestra red se encargaría de esconder a los niños y que serían puestos a resguardo con gente honesta», pero no le creyó pese a las súplicas.

También conocido como Julien Keller, Georges Vernet o Adrien Leconte, Adolfo trabajó durante más de 30 años en la clandestinidad a favor de los judíos y de perseguidos políticos hasta 1971.

Perseguido por la Policía

«Los servicios de Policía estaban tras las huellas del falsificador de París. Había encontrado un modo de producir una cantidad tal de documentos falsos que, muy rápidamente habían inundado toda la región del norte, hasta Bélgica y los Países Bajos», sostiene la biografía.

Los labores de Kaminsky se extendieron más tarde en beneficio de «los supervivientes de los campos de concentración que se embarcaron clandestinamente hacia Palestina de 1946 a 1948», del servicio del FLN argelino, a los que peleaban en Guatemala contra el general golpista Carlos Castillo Armas y los que en Grecia «combatían a la dictadura de los coroneles».

viernes, 28 de octubre de 2011

Fotos Primera Guerra Mundial (Archivo alemán parte 3)

Stalin contra la República

No fueron niños de la guerra. No fueron miembros de la División Azul, prisionerios de la Uniñon Soviética. Fueron "internados", según la terminología de la época, republicanos secuestrados por Stalin durante 13 años, abandonados a una situación legalmente fantasmal y condenados al gulag. Su historia aparece ahora recogida en el ensayo 'Españoles en el gulag; republicanos bajo el estalinismo' (Península), obra de Secundino Serrano.

¿Quiénes eran estos republicanos de Siberia? El propio Serrano contesta: "Fueron 185 españoles encarcelados, aunque hay quien sube la cifra hasta los 300, inclluyendo a otros españoles que pasaron por el gulag por motivos diversos. Hay dos grandes grupos: por un lado, los alumnos de aviación que fueron a Azerbayán a un curso de pilotaje para servir a la República y a los que el final de la guerra los sorprendió allí. Eran chicos jóvenes, de 18 a 21 años. Otro grupo, era de marineros a los que la victoria franquista los sorprendió en una travesía de camino a la URSS. Cuando llegaron, los soviéticos requisaron sus barcos y empezó su periplo. En este grupo, había gente más mayor. Había también algún falangista de izquierdas que abandonó la División Azul, que desertó en Kazajistán". A excepción de estos últimos, todos los miembros del grupo "habían hecho una declaración de adhesión a la República que se requería para ir a la URSS, eran gente con mucho sentido de la militancia. Había algún miembro del PNV, muchos socialistas, muchos anarquistas y, sobre todo, muchos comunistas. Eso sí, al cabo de 13 años, todos terminaron siendo anticomunistas fervorosos".

Los marineros se llevaron la peor parte: pasaron un año en un campo de concentración del Círculo Polar. En 12 meses, murieron 11 de 40. "Después, se unieron a los demás españoles en "campos de concentración 'medios'. El campo de Kok-Usek fue emblemático en su periplo", explica Serrano. "No eran campos de exterminio, sino de trabajos forzados. La tasa de mortalidad era alta pero no tanto. Había un día libre a la semana, con cine, bailes y hasta misa. Nueve o 10 de los españoles tuvieron hijos durante esos años, porque los campos eran mixtos... Cuando regresaron a España, los examinaron los médicos y su estado de salud no era malo. Ni el físico ni el psíquico, aunque sí hubo un falangista desertado que, al partir desde Odesa, tuvo una crisis nerviosa y se quedó en tierra".Y, entonces, ¿por qué cayeron en desgracia? "Su 'pecado' fue quequisieron salir de la URSS. No para irse a España sino para establecerse en Francia, al principio, o en América Latina. Y claro, eso era inconcebible para los soviéticos", cuenta Serrano. Después de dos años de internamiento más o menos amable, en balnearios a las afueras de Moscú, el grupo de los marineros se dirigió a la Embajada Alemana en la URSS (por entonces, la Alemania nazi era aliada de Stalin) y solicitó que mediara los ayudara a abandonar Rusia. El PCUS se tomó mal esa licencia e hizo lo que se solía hacer en esos casos: a Siberia con los marineros, ya mismo. "Cuando empezó la Operación Barbarroja, todos los extranjeros residentes en la URSS fueron detenidos. Y allí cayeron el resto de los españoles. No hacía falta juzgarlos ni condenarlos: simplemente se aplicaba sobre ellos la retahila de trotskistas, quintacolumnistas, antirrevolucionarios...".

¿Y el Partido Comunista de España? No es para estar muy orgullosos. "Antonio Mije, en las Cortes Republicanas en el exilio se refería a ellos como 'falangistas embozados'", explica Serrano. "Y, si bien la decisión de su encarcelamiento dependió del PCUS, a partir de 1948 fue el PCE el que bloqueó la liberación de los 'internados' republicanos".

transmitía un mensaje de reconciliación en un momento en el que quería acercarse a las democracias burguesas. En cambio, los miembros de la División Azul, que también fueron liberados en esa época, se convirtieron en una presencia mucho más incómoda. "Cuando los divisionarios llegaron a Barcelona, volvieron a aparecer esvásticas y símbolos falangistas pintados en las paredes. Justo, lo que no quería Franco en ese momento. Y, por eso, se canceló la recepción que se había previsto en Madrid. En cambio, a los 'internados' republicanos se les mimó mucho. Ramiro Pinilla estuvo muy encima de ellos y se les consiguió trabajo a todos ellos".

"Hitler y Stalin fueron casi sex-symbol"

La periodista e historiadora francesa Diane Ducret publica Las mujeres de los dictadores

Las hubo tan crueles como Jiang Qing, la cuarta esposa de Mao capaz de mandar deportar o torturar a otras mujeres por vestir ropas más elegantes que ella. O tan enamoradas como Clara Petacci, que prefirió morir antes que sobrevivir a su amante, Benito Mussolini. La periodista e historiadora francesa Diane Ducret habla de muchas de ellas y de sus relaciones más íntimas en Las mujeres de los dictadores.

- De las historias que cuenta en su libro, ¿cuál es su favorita?


- Hay tantas Cada una de estas mujeres es, a su manera, una especie de heroína romántica como las de las novelas del XIX. Pero seguramente fue Magda Goebbels la que tuvo un destino más terrible. Fue una mujer que creció con la cruz judaica y acabó su vida con la de Hitler. Ninguna otra hizo los sacrificios que ella llevó a cabo por amor. Envenenar a sus seis hijos, porque su apellido sería para ellos una maldición y no quería que pagasen por los crímenes de los que eran culpables ella y su marido ya marca la más grande tragedia del siglo XX, al menos para mí. Pero también destacaría las historias de Clara Petacci y de Inessa Armand.

- ¿Por qué?

- La primera porque creo que fue la más tonta, entre comillas. Clara Petacci estaba tan locamente enamorada de Mussolini que no era capaz ni de respirar sin él. De hecho, al final de su vida, cuando todo se acababa y le ofrecieron la posibilidad de escapar (en 1945) ella dijo: «Adonde va el maestro va el perro». Eso es terrible. La segunda, que fue la mujer no oficial de Lenin, me atrajo por ser la más feminista de todas. Estaba enamorada del hombre, de la ideología y de la libertad sexual. Fue una mujer muy adelantada a su época que lucho por los derechos de la mujer y que acabó siendo parte del triángulo amoroso junto a Nadia Krúpskaia, la verdadera esposa.

- Al investigar sobre ellas, ¿qué es lo que más le ha sorprendido?

- Sobre todo descubrir que hombres como Hitler, Mao o Stalin fueron casi sex-symbol. Adolf Hitler recibió más cartas de fans que Mick Jagger y The Beatles juntos. Y Mussolini, más de 30.000 al mes. Su seducción era total.

- Es difícil verles como unos seductores.
- Es verdad que cuando ves, por ejemplo, a Hitler piensas cómo este hombre pequeño, con ese bigotito y tan nervioso puede tener ese poder de seducción. Pues lo cierto es que trabajaron mucho sus imágenes. Hitler sabía qué poses le favorecían más cuando se ponía ante la cámara de Heinrich Hoffmann, su fotógrafo personal. Hay que tener en cuenta que él aprende a vestirse con mujeres -como Helen Bechstein, la rica esposa del heredero de los pianos Bechstein-.

- ¿Logró quitarle a Hitler los pantalones cortos de piel?

- Sí, él hasta entonces siempre había parecido un campesino austriaco que siempre y en todas partes llevaba los mismos pantalones cortos de cuero. Ella empezó por renovarle su vestuario y luego le inició en los buenos modales. Así aprendió la galantería de besar la mano a las mujeres y también aprendió a conocerlas. Él accedió porque desde el primer momento comprendió que si ellas tenían derecho a votar tenía que ponerlas de su lado.

- Con todo, es más fácil pensar que les atraía la erótica del poder.


- Sí, pero no se puede explicar todo el fenómeno así, sino ellas podrían haber elegido presidentes de república, reyes Hay una relación más destructiva, parecida al síndrome de Estocolmo donde la víctima acaba queriendo a quien le está haciendo daño. Hay una atracción tanto por Eros como por Tanatos que tiene que ver más con el peligro que con el poder.

- Eso que dice se ve muy claramente en el caso del matrimonio Bokassa, ¿no le parece?

- Sí, por supuesto. En el caso de Catherine ella es más que una esposa una prisionera en una caja de oro. Se llegó a acostumbrar a la poligamia de su celoso marido, pero quería seguir siendo la elegida mientras las demás deseaban compararse a ella en Bangui. Pero solo en París era la reina de su pequeño mundo porque él no estaba con ella. Esos son los únicos momentos en los que sus amigas la vieron feliz, hablando libremente y bebiendo cerveza. Luego la puerta de su caja de oro la abriría el presidente Giscard D'Estaing.

- No todas son así. Las hay tan fuertes y controladoras como Elena Ceaucescu, ¿influía mucho ella en su marido?

- Este es un caso muy raro de pareja en el poder que sólo se ve de nuevo con el matrimonio Milosevic, que estará en mi siguiente libro. Es imposible imaginar al uno sin el otro. En el caso de los Ceaucescu no se puede decir que Elena influyera en su marido desde el punto de vista ideológico, ya que ella apenas tenía una educación, pero sí lo hace en su cotidianidad. Ella fue la reina del mundo interior de Nicolae y la que dirigía sus relaciones con el mundo exterior, de modo que todo pasaba por ella.

- Es curioso que comienza el capítulo dedicado a ellos con la última jeringa de insulina que Elena llevaba para su marido, ¿mucho amor o dependencia?

- Esa es una buena reflexión, ya que muchas veces se confunden ambos. Son diferentes, claro, pero a veces es difícil separarlos. En este caso creo que ellos se querían, pero lo hacían desesperadamente. Lo eran todo el uno para el otro, de modo que vivían un amor vital, sin el que uno moriría. Por eso he querido comenzar el capitulo con esta imagen, porque es un símbolo de la relación entre ambos.

- Por cierto, ¿alguna de estas mujeres fue capaz de someter al dictador?

- Me gustaría poder decir que sí, pero no sería verdad. Es cierto que, por ejemplo, a Hitler Eva Braun a veces le hizo callar. Era algo que además a él le gustaba mucho. O que a Milosevic le toca pasar el aspirador, y en silencio cuando ella lo pide en ciertas ocasiones. Pero no se puede decir que haya ninguna que haya sometido al dictador, sólo que a veces a ellos les gusta ser victimizados.

ABC

Debaten originalidad de fotos “inéditas” de Pearl Harbor

Lo acontecido en Pearl Harbor fue el detonante para que el Ejército norteamericano lanzara la bomba atómica en contra de los nipones, exactamente en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, con este hecho prácticamente se dio por terminada la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, ¿este hecho es suficiente razón para que se detonara una bomba que acabó con la vida de miles de personas? El conflicto entre ambas naciones trajo como consecuencia la muerte de muchos inocentes. La historia se remonta al 7 de diciembre de 1941, en la isla Oahu de Hawai, cuando la armada Imperial Japonesa atacó con todo a las tropas norteamericanas que estaban en ese lado del océano pacífico. Dirigidos por el vicealmirante Chuichi Nagumo, los japoneses arrasaron con todo a su paso.

El objetivo, era neutralizar a los americanos, sacarlos de combate por un periodo largo, así Japón podría ocupar las colonias occidentales en el sudeste de Asia. Los nipones pensaban que al debilitar a los estadounidenses militarmente, podrían negociar la paz en condiciones favorables. Todo eso no pasó: Estados Unidos se metió a la guerra y el resto es historia conocida, informa “ajzanier.com”.

Dentro de este conflicto quedaron muchas interrogantes y dudas, entre ellas una serie de fotografías que durante 68 años, estuvieron escondidas y hasta ahora salieron a la luz.

De acuerdo con el sitio “altfoto.com” dentro de un armario se encontró una vieja cámara brownie. El modelo, diseñado y comercializado por Kodak, permitió acercar la fotografía a millones de personas.

Lo importante de todo esto es que dentro de esta vieja cámara se encontraron varias fotos del ataque a Pearl Harbor, la cámara perteneció un marinero que se encontraba en el USS Quapaw ATF110, el día del ataque japonés.

Las imágenes muestran de cerca el ataque, y el caos que ocasionó, en ellas se pueden ver varios edificios, barcos y más construcciones envuelta en llamas.

El almirante Isoroku Yamamoto planeó el ataque como el inicio de la Campaña del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial.

El asalto destruyó 13 buques de guerra y 188 aeronaves, además de que en él fallecieron 2403 militares y 68 ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, los tres portaaviones estadounidenses de la Flota del Pacífico, no estaban en el puerto y por lo tanto no fueron atacados.

La flota estadounidense en el Pacífico, tardó en recuperarse entre seis meses y un año. Los japoneses perdieron 64 militares.

Después del ataque, el presidente Franklin Delano Roosevelt, declaró la guerra a Japón, y cuatro días después, Hitler declaró la guerra a los Estados Unidos. La opinión pública de Norteamérica vio el ataque como un acto de traición, y la fuerza aislacionista perdió el apoyo popular, que se volcó fuertemente a favor de la guerra contra las Potencias del Eje.

De los 22 navíos japoneses que tomaron parte en el ataque, sólo uno sobrevivió a la guerra. A fecha de 2005, el único barco de los Estados Unidos que aún seguía a flote y que estuvo en Pearl Harbor durante el ataque, era el guardacostas Taney.

Por otro lado, el sitio “educahistoria.com” comenta que dichas fotografías son falsas, pues si bien es cierto las imágenes son reales, la historia de cómo se consiguieron no, el sitio argumenta que las fotos mostradas fueron recopiladas de distintas cámaras y no de una sola, como se menciona, además de que las imágenes ya habían sido mostradas anteriormente.

Polonia reabre investigación por crímenes en Auschwitz

Las autoridades polacas han reabierto una investigación de los crímenes cometidos en el campo de concentración de Auschwitz y otros campos cercanos durante la Segunda Guerra Mundial.

Polonia inició hoy la última investigación sobre lo sucedido en el campo de concentración nazi de Auschwitz entre los años 1940 y 1945, donde se estima que fueron asesinados más de un millón de personas, principalmente judíos de nacionalidad polaca.

El Instituto para la Memoria Nacional (IPN) es el responsable de esta exhaustiva investigación que pretende finalizar la iniciada en 1970 bajo el auspicio de las autoridades comunistas polacas.

Se estima que todavía viven alrededor de 500 supervivientes del campo, algunos de los cuales serán entrevistados por los investigadores del IPN.

"No descartamos la posibilidad de encontrar con vida a alguno de los empleados del campo de Auschwitz-Birkenau, en cuyo caso se le acusará de crímenes contra la nación polaca", explicó el representante del Instituto para la Memoria en Cracovia, Piotr Piatek.

La mayoría de los empleados del campo ya fueron juzgados en Polonia tras la Segunda Guerra Mundial, acusados de crímenes contra la patria, aunque los juicios finalizaron en 1956 tras el decreto de una amnistía.

La investigación quiere reunir nuevos materiales sobre la vida diaria del campo de concentración, detenidos, trabajadores, sistema jerárquico en su organización, trabajos forzados o experimentos médicos llevados a cabo en las instalaciones.

Además, según señaló Piatek, se procurará llegar a una cifra definitiva de las víctimas del exterminio nazi en Auschwitz, donde se estima que perecieron entre un millón y más de dos millones de personas, sobre todo judíos pero también eslavos, miembros de la resistencia polaca, sacerdotes católicos, homosexuales o gitanos.

El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau fue el más mortífero de los puestos en marcha por el nazismo, y hoy es el gran símbolo del Holocausto.

jueves, 27 de octubre de 2011

Evacuan a 20.000 personas en Alemania por una bomba de la II Guerra Mundial

Cerca de 20.000 personas han tenido que ser evacuadas en la ciudad de Halle, ciudad situada al este de Alemania, tras el hallazgo de una bomba de la Segunda Guerra Mundial sin explotar.

La bomba, de 500 kilogramos de peso, ha aparecido durante una excavación en el centro de la ciudad. Las autoridades han activado la alarma de catástrofe y ordenado la evacuación total en un radio de 800 metros.

Entre los evacuados han estado los alumnos de seis escuelas y 500 pacientes de un hospital, ha explicado el jefe de la policía local, Bernd Wiegand.

Los vecinos han sido llamados a abandonar sus casas por altavoces y trasladados en autobuses a un pabellón deportivo.

En Alemania siguen encontrándose regularmente detonadores de bombas no explotadas lanzadas por las fuerzas aéreas de EEUU y Reino Unido durante la guerra, hace 70 años.

A diferencia de la mayoría, el proyectil encontrado hoy seguía siendo muy peligroso, según los expertos.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Fotos Primera Guerra Mundial (Archivo alemán parte 2)

José Miguel Varas, el escritor que combatió a Pinochet desde las ondas


El martes 11 de septiembre de 1975, el periodista y locutor chileno José Miguel Varas Morel. uno de los escritores más talentosos de su generación, que entonces era director de prensa de la televisión estatal, se enteró de madrugada de que los militares habían ocupado Valparaíso, dando comienzo al golpe que ese día iba a derrocar al presidente socialista Salvador Allende. Cerca de las 7.00 llamó a su amigo Pablo Neruda, con quien se iba a reunir ese día en su residencia de Isla Negra para llevarle los primeros 20 ejemplares de su último libro. Le explicó que no podría ir ese martes, porque parecía muy difícil llegar. "Tal vez más tarde", dijo Varas. "Tal vez nunca"", replicó Neruda.

El poeta y premio Nobel de Literatura tuvo razón, contó Varas a este corresponsal. Neruda falleció a los pocos días del golpe militar, el 23 de septiembre, y aunque Varas escribió libros y crónicas sobre su amigo, una nueva coincidencia los reunió otra vez: su propia muerte hace pocas semanas fue también un 23 de septiembre, a los 83 años, de un infarto en su cama, mientras descansaba de la redacción de sus memorias.

Considerado el mejor cuentista chileno de las últimas décadas, incursionó en la novela, la crónica y en el periodismo desde la prensa escrita, radio y televisión, plasmando en su obra la realidad social chilena. Dotado de una pluma precisa y rica, calaba a sus personajes y retrataba las atmósferas con pinceladas rápidas e imágenes certeras.

Empezó a escribir desde muy joven, cuando como alumno de enseñanza media relataba anécdotas en el diario mural de su liceo. A los 18 años publicó su primer libro, Cahuín, un chilenismo que significa chisme, en el que trazó un fresco de esos años. Interrumpió sus estudios de derecho para dedicarse al periodismo, la literatura y la actividad política desde las filas comunistas. Llegó a ser director del diario del partido comunista, El Siglo. Después del golpe de 1973 partió al exilio. Instalado en Moscú, fue el alma del programa ¡Escucho Chile! entre 1974 y 1988, que transmitía Radio Moscú a las 20.00. El programa denunciaba los abusos de la dictadura de Pinochet, obtenía con frecuencia información exclusiva de Chile y rompía la censura. Oír la transmisión en esos años era motivo más que suficiente para ser detenido. Su voz fue una de las más conocidas del país.

Al regresar al país volvió a la literatura y a la crónica. Contribuyó en forma decisiva a rescatar la figura de Neruda en democracia. narrando en libros y artículos al poeta y militante que las nuevas generaciones conocían poco. Investigó el periodo de clandestinidad que tuvo Neruda en 1948 y 1949, cuando el Gobierno de Gabriel González Videla declaró legal al partido comunista, aunque poco antes sus votos le habían ayudado a ser elegido presidente. Este libro, Neruda clandestino, se abre con una cita del poeta, que refleja sobre todo la fina ironía que Varas supo esgrimir a menudo: "Un día publicarán mis calcetines".

En 2006, cuando recibió el Premio Nacional de Literatura, uno de los varios galardones que obtuvo, el jurado reconoció en Varas al más completo escritor de cuentos de la historia literaria chilena. Poco después. Varas publicó Milico, una de sus obras mayores, la novela que más se ha internado en el Chile de las sombras de la dictadura. La historia tiene ciertos rasgos biográficos, pues como él mismo, el protagonista es un periodista e hijo de militar. Varas construía a partir de lo que veía. "Me dedico a rescatar los valores que no están de moda", afirmó en más de una ocasión.

Modesto y hasta tímido, a pesar de ser un hombre acostumbrado a los micrófonos y cámaras, su despedida fue como habría querido: con amigos de todas las tendencias y La Internacional de fondo.

La bomba nuclear más potente de Estados Unidos será desmantelada hoy en Texas

La B-53 es 600 veces más poderosa que la bomba lanzada en Hiroshima
Este tipo de armas se diseñaron para ser lanzadas desde bombarderos B-52
'Fue desarrollada en otro tiempo. El mundo será más seguro sin ella'

Estados Unidos pondrá fin este martes a una historia que comenzó hace casi 50 años al desmantelar su última bomba nuclear de gran potencia, un artefacto 600 veces más poderoso que el lanzado sobre Hiroshima (Japón) en 1945.

"La B-53 fue un arma desarrollada en otro tiempo, para un mundo diferente. El mundo será más seguro con su desaparición", expresó en un comunicado el director de la Administración Nacional de Seguridad Nacional de EEUU, Thomas D'Agostino.

Creada en el culmen de las tensiones de la Guerra Fría, en 1962, la bomba B-53 que este se desmontará en Texas es el arma más poderosa que posee Estados Unidos, informa el diario 'Texas Star-Telegram'.

Sus más de 4,5 toneladas de peso descansaban en la única planta de ensamblaje de armas nucleares del país, cerca de la localidad de Amarillo, a la espera de su turno en un programa de desmantelamiento que comenzó en los años 80.

Para el funcionario de mayor rango en esa planta de armas nucleares, Steve Erhart, despiezar la última B-53 es poner fin a "una gran parte del plan estratégico estadounidense en la Guerra Fría".

"Su desmantelamiento es un punto clave en la historia", dijo al diario, al destacar que "significa borrar de la faz de la Tierra una gran cantidad de poder destructivo".

Las B-53 se diseñaron para ser lanzadas desde bombarderos B-52 e impactar en su objetivo incluso si se encontraba en un búnker, al enviar ondas de energía similares a las de un terremoto a través del subsuelo, destruyendo todo lo que encontraba a su paso.

600 veces mayor que la de Hiroshima

Con unos 135 kilogramos de explosivos situados alrededor de su núcleo de uranio, la bomba tenía un potencial de 9 megatoneladas de TNT, unas seiscientas veces mayor que la detonada sobre Hiroshima donde causó la muerte directa e indirecta de 275.230 personas.

Desmontar un artefacto tan antiguo y de un tamaño similar al de un automóvil familiar "ha presentado muchos retos", reconoció Erhart, cuyo equipo tuvo que "crear nuevas soluciones para lidiar de forma segura con una bomba de esas dimensiones".

El desmantelamiento de la última B-53 se produce un año antes de lo previsto, según el Departamento de Energía, en respuesta a las instrucciones del presidente de EEUU, Barack Obama, de acelerar el proceso de liquidación de las armas nucleares.

En total, las plantas nucleares estadounidenses crearon alrededor demedio centenar de B-53, y las últimas de ellas fueron retiradas del arsenal activo del país en 1997.

Una vez que se desmantele el más antiguo de esos artefactos nucleares, el personal de la planta de Pantex deberá ser capacitado para trabajar en otras armas que Estados Unidos pueda necesitar.

martes, 25 de octubre de 2011

Muerte de Muammar Gaddafi

Luego de 42 años en el poder, rebeldes libios capturaron, torturaron y dieron muerte a Muammar Gaddafi


El cadáver de Gadafi, en Misrata. / MOHAMED MESSARA (EFE)
Muammar Gaddafi murió durante una batalla en la localidad de Sirte, último reducto de sus fuerzas armadas, que cayó en manos del gobierno interino de Libia.

El Consejo Nacional de Transición (CNT), que encabezó el levantamiento, indicó que Gaddafi falleció a consecuencia de las heridas sufridas después de ser capturado en su ciudad natal.

El deceso del coronel de 69 años, quien durante 42 años gobernó Libia con mano dura, fue corroborado por el primer ministro del gobierno transitorio, Mahmud Jibril. "Confirmamos que todos los malvados, además de Gaddafi, han desaparecido de este amado país. Pienso que los libios deben darse cuenta que es tiempo de comenzar una nueva Libia, una Libia unida, un pueblo, un futuro", sostuvo Jibril.

No se aclaró si quienes capturaron, y eventualmente mataron a Gaddafi, fueron las tropas del Consejo Nacional de Transición (CNT) o fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Los rebeldes libios aseguran que ellos mataron a Gaddafi, no la OTAN, e incluso revelaron que el ex líder libio estaba armado con una pistola de oro en el momento de su captura.

Tras ocho meses de una revuelta popular que derivó en una guerra civil, se difundieron imágenes de decenas de milicianos que celebraron la toma de la ciudad con sus armas en las manos y quemando banderas verdes —la enseña del régimen depuesto— lo que podría representar el final de la guerra. El presidente estadounidense Barack Obama declaró el fin efectivo del régimen de Muamar Gaddafi. Obama reiteró el compromiso de su gobierno de apoyarla fase de democratización en Libia, aunque reconoció que este camino será largo y difícil.

"Esto marca el fin de un largo y doloroso capítulo para el pueblo de Libia", subrayó.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon. llamó al pueblo de Libia a que deponga las armas y a que inicie un proceso de reconstrucción y reconciliación nacional. "Ahora es el momento de que los libios se unan. Los libios sólo pueden concretar la promesa de un futuro mediante la unidad nacional y la reconciliación", expresó el funcionario.

Más allá de sus señaladas excentricidades coloridos trajes brillantes, una guardia personal de 30 mujeres armadas y entrenadas para el combate, y sus estancias en los campamentos beduinos de lujo que levantaba cuando iba de viaje al extranjero, a Muammar Gaddafi se le consideró un político hábil.

El 19 de marzo pasado, fuerzas unidas de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, iniciaron una ofensiva contra objetivos militares de Gaddafi para obligarlo a cumplir con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que exigió detener las agresiones contra los opositores que habían comenzado a manifestarse como una réplica de las protestas en otros países árabes.

Los rebeldes libios que combatieron con el apoyo aéreo de la OTAN durante más de medio año, poco a poco ocuparon el territorio libio hasta controlar Trípoli y reducir a la resistencia gaddafista, que se defendió en los últimos bastiones del dictador, en su natal Sirte y Bani Walid.

La agricultura se introdujo lentamente en la alimentación

Una vajilla de hace 6.000 años desvela que la caza y la pesca no desaparecieron con la llegada del cultivo

Los humanos no cambiaron sus hábitos alimenticios inmediatamente después de aprender a cultivar la tierra y domesticar animales. Si bien la ganadería y la agricultura supusieron un cambio en la forma de alimentarse de los humanos, este fue mucho menos abrupto de lo que se pensaba, según un artículo publicado hoy en PNAS.

Los investigadores dirigidos por Oliver Craig, de la Universidad de York (Reino Unido) y Cari Heron, de la también inglesa Universidad de Bradford, llegaron a esta conclusión tras analizar vajillas del ano 4000 antes de Cristo, encontradas en 15 lugares diferentes. Las mejor conservadas se encontraron bajo el mar, en un yacimiento en la costa alemana del mar Báltico.

Los restos de los alimentos que se depositaron en dichos utensilios han sido los que han permitido a los autores investigar qué tipo de dieta seguían los humanos en aquella época, justocuando se calcula que se introdujeron la agricultura y la ganadería. En concreto, los investigadores analizaron las características moleculares e isotópicas de los lípidos (grasas) extraídos de 133 piezas de cerámica y de cien residuos carbonizados hallados en la superficie de las mismas.

Los autores sugieren que la introducción de la agricultura en la zona del Báltico occidental no fue "tan repentina como sugieren algunos estudios de restos de la región".

Los análisis revelan que tanto el pescado como otros recursos acuáticos siguieron explotándose tras la llegada de la agricultura y la domesticación de los animales. La vajilla localizada más cerca de la costa presentaba residuos enriquecidos con una forma de carbono común en los organismos marinos.

Pescado en la dieta

Alrededor de la quinta parte de estos platos contenía otras trazas bioquímicas de organismos acuáticos, incluyendo grasas y aceites de los que carecen los animales terrestres y las plantas. Entre las piezas de vajilla encontradas tierra adentro, el 28% contenía residuos de organismos acuáticos, aparentemente de pescado de agua dulce.

Según Craig, esta investigación pone de manifiesto la evidencia de que los habitantes del Báltico occidental continuaron explotando los recursos marinos y de agua dulce a pesar de la llegada de los animales domesticados y las plantas cultivadas. Aunque la agricultura se introdujo rápidamente en la región, "puede no haber causado un cambio tan dramático del estilo de vida cazador-recolector como se pensaba". Se trata del mayor estudio hasta la fecha en este campo.

lunes, 24 de octubre de 2011

El negocio del petróleo líbio

Los países que reconocieron antes a los rebeldes disfrutarán de un mejor acceso al sector del crudo Libia revisará los contratos


Eran los inicios de la guerra en Libia, allá por marzo. Las fuerzas gadafistas acababan de realizar su primera embestida contra jóvenes revolucionarios posicionados en Brega, y las espadas estaban aún en alto. La desorganización y el caos reinaban en las filas rebeldes, que carecían de armamento adecuado para afrontar un conflicto de larga duración. Fue entonces cuando empezó a hablarse de una intervención militar internacional. «Les aseguro que cualquier país que ayude a Libia en estos momentos, el pueblo libio no lo olvidará», declaró entonces a este diario Usama Alí, un oficial del Ejército libio que se había pasado al bando revolucionario. Días después, Francia rompió el hielo diplomático y reconoció al Consejo Nacional de Transición (CNT) como legítimo representante del pueblo libio.

Han transcurrido más de siete meses y, en opinión de muchos observadores, se acerca el momento de que aquellos países que realizaron su temprana apuesta por una Libia sin Gadafi recojan dividendos. Julián Lee, analista del Centre for Global Energy Studies, consultoría sobre energía con sede en en Londres, no alberga dudas acerca de qué compañías y países se beneficiarán en mayor medida del cambio de régimen. «Aquellas compañías de países que rápidamente apoyaron la revolución podrán esperar beneficiarse. Compañías francesas, británicas e italianas se hallan a la cabeza de esa lista», augura Lee.

La producción

Antes de la guerra, el país producía 1,79 millones de barriles diarios, cifra que colocaba a Libia en el puesto 17º de la lista de estados productores. Eso sí, el petróleo se extraía del subsuelo en colaboración con firmas extranjeras, una realidad que ha llevado a muchos analistas del sector a desestimar la extendida creencia de que los aliados fueron a la guerra en Libia para tener acceso al crudo. «En lo que respecta al sector del petróleo, Occidente tenía mucho más que perder que ganar de la revolución libia», valora Lee. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo el país podrá bombear petróleo a niveles anteriores al conflicto: algunas fuentes hablan de 15 meses, otras piensan que requerirá mucho más, debido al intenso saqueo que han sufrido algunas instalaciones. En la actualidad, la producción asciende a 450.000 barriles diarios, es decir, menos de una tercera parte del nivel previo a la guerra.

La alianza entre el régimen gadafista y las multinacionales occidentales era un matrimonio de conveniencia en el que los libios imponían sus reglas: las firmas extranjeras operaban en Libia bajo la fórmula de Contratos de Reparto de Exploración y Producción (EPSA, por sus siglas en inglés), que no concedían «ningún derecho de propiedad sobre los recursos del petróleo y el gas», escribe Boyko Nitzov, del Consejo Atlántico, think tank sobre asuntos internacionales con sede en Washington. Dichos contratos privilegiaban a la parte libia en detrimento de la foránea: si durante la fase de exploración no se hallaban yacimientos comercialmente viables, el coste (y las pérdidas) de la operación recaían en exclusiva sobre la firma extranjera; en caso contrario, los costes se repartían en un 50% y la producción se dividía, recibiendo la Compañía Nacional de Petróleo libia (NOC) un 90%, y el socio extranjero un 10%.

Con un sinfín de problemas a resolver, propios de un país que acaba de salir de una guerra civil, el CNT apenas ha podido echar mano al dosier y aclarar sus intenciones inmediatas. Sus representantes se han limitado a proclamar algunas ideas generales, como su propósito de «respetar» los contratos existentes, aunque también su voluntad de investigar todos los acuerdos para depurar posibles casos de corrupción y sobornos, lo que, en palabras de Lee, «ha introducido un cierto grado de incertidumbre».

Más que el reparto del pastel, lo crucial, coinciden los analistas, es el destino que reciben los ingresos del crudo, dado el despilfarro que existía bajo el derrocado régimen. «Una gestión adecuada del flujo del petróleo» determinará si «triunfa o fracasa» el sistema que surja en la era pos-Gadafi.

Sultán bin Abdelaziz, príncipe heredero saudí

Era ministro de Defensa desde 1963, pero la gestión la llevaba su hijo mayor.



La muerte del heredero y ministro de Defensa de Arabia Saudí apenas ha constituido una sorpresa. El principe Sultán bin Abdelaziz, que según la biografía oficial nació en Riad en 1028, hacía ya varios años que se encontraba enfermo, lo que habia llevado a repartir sus responsabilidades de manera informal entre otros príncipes Su desaparición enfrenta sin embargo a la familia real con la necesidad de plantearse un salto generacional en la sucesión al trono, un asunto que parece estar generando tensiones entre las diferentes ramas de los Al Saud.

Aunque el comunicado de la corte no explica la causa de la muerte de Sultán, acaecida el sábado (22 de octubre de 2011) en Nueva York, desde que fue operado de un quiste en el estómago en 2005 se ha especulado con que sufría un cáncer. De hecho, a partir de entonces, su salud requirió varias intervenciones quirúrgicas en EEUU (la última el pasado junio), seguidos de largas estancias de recuperación en su finca de Marruecos.

A pesar del esfuerzo de los medios oficiales por mostrarle activo durante sus intervalos en el reino, en los cables filtrados por WikiLeaks los diplomáticos estadounidenses le describían como "incapacitado a todos los efectos". Según las mismas fuentes, el heredero al trono saudí sufría el mal de alzhcimer y ya no reconocía a sus allegados.

Para sus siete hijos era sin embargo importante mantener la ficción de que seguía al cargo del Ministerio de Defensa, un puesto que ejercía desde 1963 y que suponía uno de los pilares de su poder. En esa capacidad controlaba las Fuerzas Armadas regulares, pero sobre todo las millonarias compras de armas que han hecho de Arabia Saudí el mejor cliente de las empresas del ramo. Hace apenas un año, EEUU reveló un contrato por valor de 60.000 millones de dólares.

De hecho, estaba siendo su primogénito, el principe Jaled, quien en su calidad de viceministro adjunto de Defensa gestionaba el día a día del ministerio. Jaled dirigió las fuerzas saudies y árabes que colaboraron con EEUU para echar a Sadam Husein de Kuwait en 1991 Sin embargo. Sultán negó las bases militares a Washington cuando, tras el atentado del 11-S, decidió atacar Afganistán, y dos años más tarde hizo lo mismo para la campaña contra Irak. Los  analistas le alineaban con el ala más conservadora de la familia, opuesta a las tímidas reformas introducidas por su medio hermano Abdalá desde que accedió al trono en 2005.

De acuerdo con lo que ha venido siendo costumbre, es previsible que el principe Nayef, de 77 años, hermano de padre y madre de Sultán y ministro de Interior, pase a ocupar el puesto de heredero. Pero eso no resuelve la esencia del problema que afronta el reino, la senectud de todos los potenciales sucesores de Abdalá, de 87 años. En la actualidad solo los hijos (varones) de Abdelaziz ibn Saud, el fundador del moderno reino saudí, pueden ser reyes. Y dada la política de alianzas matrimoniales que ejerció, la lista llegó a tener 42 posibles candidatos, pero con el tiempo se ha reducido y envejecido.

Tras su acceso al trono, Abdalá creó el llamado Consejo de Lealtad, formado por la veintena de hijos de Ibn Saud aún vivos y algunos de los nietos más relevantes, para pactar la elección de los futuros herederos. Pocos en Riad creen que vayan a votar a mano alzada ni ahora ni en un futuro cercano. Más bien cada grupo trata de forjar alianzas con la intención de quedar colocados lo más cerca posible de la rama que finalmente se haga con la sucesión.

Los analistas consideran que el bloque más poderoso es el de los Sudairi, los hijos de Abdelaziz con Hasa bint Ahmad al Sudairi. Solo el mayor de ellos, Kalid. llegó a rey y el resto del clan esperaba recuperar influencia cuando le llegara el turno a Sultán. Les sobreviven el ya citado Nayef, Abdelrahman, Turki.,Saliuan y Ahmad. Desde sus puestos en lugares clave de la gestión del pais, tanto ellos como sus hijos trabajan para estar preparados para esa transición generacional que inevitablemente se avecina. El pasado septiembre, el embajador saudi en España, el principr Salid, fue llamado a reforzar el equipo de su padre, el príncipe Nayef en el Ministerio del Interior.

¿Qué pasó el 24 de octubre de 1929?

La Gran Depresión fue tan dura y agria porque faltó liderazgo y cooperación internacional. Es inquietante observar que lo que está ocurriendo con esta crisis cada vez se parece más a lo de los años treinta.


Cuando a las diez de la mañana del jueves 24 de octubre de 1929 sonó la campana que abrió la sesión en Wall Streel, había más de un millar de miembros del New York Stock Exchange en la sala de negociaciones, por encima de los 750 habituales. El refuerzo obedecía a la cantidad de órdenes de venta cursadas durante la noche anterior. El número de operadores de telégrafo también había sido reforzado en previsión de una sesión que se esperaba movida. En el Curb Exchange —hoy denominado American Stock Exchange— se puso a la venta un enorme paquete de acciones de la conocida firma Cities Service Co. y su cotización comenzó a caer de inmediato. Fue la señal que desató una furia vendedora de manera que en pocos minutos se cursaron órdenes de venta por un millón de títulos. Las cotizaciones se desplomaron, a las once de la mañana el pánico se había apoderado del parqué y el frenesí vendedor parecía imparable. Cuando las noticias de lo que ocurría en el interior de la Bolsa se conocieron fuera de sus muros, una multitud, entre curiosa y preocupada, se congregó en la celebre intersección de Wall Street con Broad Street. La policía de Nueva York tuvo que tomar posiciones para evitar posibles disturbios.

Para el mediodía se convocó una reunión urgente en las oficinas de JP Morgan a la que acudieron los principales banqueros de Nueva York. Se trataba de formar un pool con la finalidad de frenar la caída del precio de las acciones. La reunión tuvo un efecto sedante, pues por la tarde se desaceleró la caída de la Bolsa. Al terminar la jornada. Thomas Lamont, socio de Morgan, se dirigió a los periodistas para dar cuenta de la reunión y calmar los ánimos. Sus declaraciones fueron desconcertantes: los banqueros, dijo, atribuían la caída a cuestiones estrictamente técnicas, no a un deterioro de la economía.

En Washington. los miembros del Consejo de la Reserva Federal estuvieron todo el día pendientes de lo que pasaba en Wall Street. Se reunieron en dos ocasiones. Estuvieron presididos por Andrew Mellon, el secretario del Tesoro, con la atención centrada en Nueva York, pero pudieron comprobar que acontecimientos similares se registraban en las Bolsas de Chicago, Boston, Filadelfia, San Francisco y Los Angeles.

En las jornadas del viernes 25 y del sábado 26 se repitió el ambiente vendedor y la semana siguiente empezó con mal pie. El lunes 28 fue un día terrible: los temores del jueves 24 se reprodujeron y durante la sesión salieron a la venta nueve millones de títulos. Los banqueros decidieron reunirse de nuevo: reconocieron que las fuerzas del mercado estaban más allá de su control: tomaron conciencia de que no podían frenar el descenso sino, todo lo más, impedir un desorden vendedor. A pesar de las declaraciones del presidente Herbert Hoover afirmando que "los fundamentos de la economía, es decir, la producción y la distribución son sólidos y la prosperidad continuará", lo cierto es que el sentimiento general de compradores y vendedores era que el boom bursátil había terminado.

El martes 29 fue el día más devastador de los 112 años de la historia de la Bolsa de Nueva York. Las ventas comenzaron nada más abrir el mercado. Se produjo una avalancha de órdenes: bloques enteros de acciones se pusieron a la venta; nadie se libró de la caída de los precios: las acciones industriales descendieron un 30% de media: los títulos de los bancos y de los invesiment trust cayeron por encima del 40%. El Dow Jones se desplomó 50 puntos, de manera que al finalizar el día las ganancias de los 12 meses anteriores se habían esfumado. Se repitieron las reuniones de los banqueros; superados por los acontecimientos, no pudieron llegar a ningún acuerdo y dieron por finiquitados sus anteriores intentos de coordinar acciones para sostener las cotizaciones. Algunos pidieron el cierre de la Bolsa, pero la mayoría no secundó la propuesta. Los miembros del Consejo de la Reserva Federal se citaron al mismo tiempo que abría la Bolsa y no se separaron hasta que cerró. Debatieron la posibilidad de tomar alguna medida para calmar el mercado. Estaban tan desconcertados como Wall Street y tampoco tenían claro si intervenir en el mercado bursátil era una de sus responsabilidades. Culparon a la especulación y pensaron, como Mellon, que la purga liquidacionista no vendría mal.

El miércoles 30 y el jueves 31 continuó la tónica de días anteriores, aunque el ansia vendedora remitió. Para alivio de los operadores, el viernes y el sábado el mercado estuvo cerrado. Cuando la Bolsa reabrió sus puertas en noviembre las ventas masivas se reanudaron. Las sesiones del 11,12 y 13 fueron particularmente nefastas. El descenso continuó el resto de ese mes y del siguiente. Para entonces era obvio que Wall Street había perdido la confianza y tardaría en recuperarse. Y así fue: la Bolsa siguió su marcha descendente hasta 1932, llegando a perder el 80% de su valor.

Los efectos del crac sobre las expectativas de los inversores fueron devastadores. También lo fue para el valor contable de empresas: su capitalización cayó al tiempo que caia el valor de sus títulos en el Bolsa; y todos aquellos que habían invertido su patrimonio observaron cómo el valor de sus carteras se evaporaba en pocos días. Los que habían tomado prestado para la compra de títulos comprobaron que no podían devolver sus créditos y muchos brokers quebraron al tiempo que sus clientes se arruinaban. En Europa y en otras partes del mundo lo acaecido en Nueva York no pasó inadvertido; el descenso americano se transmitió como la pólvora a todos los mercados bursátiles. En Berlín, donde la caída había comenzado casi dos años antes. el colapso de Wall Street acentuó su descenso e hizo imposible una recuperación; Londres y París siguieron la senda descendente marcada por Nueva York.

El crac de octubre de 1929 generó una atmósfera de temor y un ambiente de incertidumbrc sobre el futuro inmediato de la economía: los consumidores, temiendo un descenso de su renta futura, revisaron a la baja sus expectativas y aplazaron o suspendieron sus compras de bienes de consumo duradero; los productores, ante el empeoramiento de las condiciones de los mercados y desorientados sobre cuál podría ser la evolución de los negocios, se replantearon sus planes de inversión en equipos y nuevas plantas, posponiendo adquisiciones hasta que se despejasen las incógnitas abiertas por la catástrofe de Wall Street. Familias y empresas comprobaron que el crac afectaba al funcionamiento normal del sistema financiero y que se había interrumpido el flujo de crédito bancario.

Tras el crac bursátil de 1929 sobrevino una crisis financiera de consecuencias devastadoras. La crisis explotó en mayo de 1931 con la quiebra del gigante austríaco Creditanstalt. La desconfianza se extendió de Viena a Berlín, donde en pocas semanas se produjo una masiva retirada de depósitos. La paralización del sistema bancario germano se contagió al resto de Europa, con quiebras y suspensiones de pago en Italia, Hungría, Checoslovaquia y otros países del Este continental. Las entidades que no cerraron fueron intervenidas. La economía mundial cayó en picado y una década después la producción y el empleo todavía no habían recuperado el nivel de 1929.

Las causas de la Gran Depresión continúan siendo un enigma y, pese a los avances en la investigación, el debate sigue abierto. Donde sí parece existir mayor acuerdo es en su significado histórico. Lo anticipó Maynard Keynes, quien en 1931 escribió que el mundo estaba en medio de una gran catástrofe económica, una que quizá acabase con el capitalismo y con la sociedad liberal; una crisis que en el futuro sería considerada como un punto de no retorno. El genial economista de Cambridge acertó: después de 1929 el mundo ya no fue igual. La Gran Depresión, con sus secuelas en forma de paro y deflación, dejó una huella imborrable. Su recuerdo está asociado a la consolidación del fascismo, al ascenso del nazismo y a la II Guerra Mundial. La Gran Depresión modificó de manera radical las reglas y las instituciones que habían gobernado el mundo económico hasta entonces. Con la Gran Depresión murió el capitalismo liberal, fue el fin del laissez-faire; laissez-passer.

En una reciente conferencia en Madrid, Robert Skidelsky, biógrafo de Keynes, recordó que la Gran Depresión fue tan dura y agria porque faltó liderazgo y cooperación internacional. Ahora estamos ante la primera gran crisis económica del siglo XXI que cada vez se va pareciendo más a la de los años treinta. Aún no sabemos del todo la intensidad, duración y coste de la crisis, pero por la senda que vamos puede ser peor que lo ocurrido hace más de 80 años. No soy de los que piensan que los responsables únicos son los políticos, los banqueros, los empresarios o los sindicalistas. En las sociedades democráticas todos somos responsables de todo. Y ahora, como entonces, vuelven a escasear las ideas, el coraje, el liderazgo y la cooperación. Lo único que nos puede salvar de la hecatombe.

Pablo Martín-Aceña es catedrático tíe Historia Económica de la Universidad de Alcalá (UAH).
El Pais

Egipto: no es oro todo lo que reluce

El historiados Toby Wilkinson condensa en un estudio tan erudito como ameno los tres mil años de esta civilización faraónica y arroja la luz sobre el lado oscuro 


Graduado en Egiptología por la Universidad de Cambridge y profesor del Clare College de la misma universidad, Toby Wilkinson sólo tenía cinco años cuando hojeando una enciclopedia, se sintió atraído por esa escritura hecha con dibujos que son los jeroglíficos, y seis cuando cayó en sus manos el libro que ilustraba una famosa exposición itinerante que deslumbró al mundo entero enseñando la máscara y los tesoros de la tumba de Tutankamón en los años 60. Con la narración de este descubrimiento comienza el prólogo el autor «Quedé maravillado ante las joyas, el oro y los extraños nombres de reyes y dioses. Esos tesoros sembraron en mí una semilla que años después terminaría de germinar y florecer». Así explica el origen de su pasión por la civilización de los faraones. sobre la que ha publicado seis libros y pronunciado multitud de conferencias.

Auge y caída del antiguo Egipto es el último y quizá su obra más ambiciosa. Está dividida en cinco partes diferenciadas. Cada una aborda un periodo significativo de la civilización egipcia. En su inicio, el autor llama la atención sobre una pequeña placa de pizarra de color negro verdoso grabada en sus dos caras con bajorrelieves y que se haya a la entrada del Museo Egipcio de El Cairo. Casi pasa desapercibida pero es uno de los documentos más importantes conservados. Su lugar destacado en el museo con mayor acervo sobre la cultura faraónica da testimonio de su trascendencia: es la paleta de Narmer, el objeto que señala el principio de la historia del antiguo Egipto y que para los egiptólogos se ha convertido en el símbolo del Egipto más ancestral. Las circunstancias de su desaabrimiento están rodeadas de misterio e incertidumbre. A partir de aquí, Wilkinson avanza por la larga lista de reyes que se van sucediendo a lo largo de sus numerosas dinastías hasta llegar a Cleopatra y Ptolomeo Cesarión. A su vez, de forma extensa y casi novelada, va revelando misterios y descubriendo detalles en un relato repleto de acontecimientos excepcionales sobre cómo fueron los primeros papiros, la construcción de templos y de las pirámides, las estatuas de bronce, los jeroglíficos, la conquista de Nubia, la revolución religiosa de Ajenatón, el poder y la belleza de Nefertiti, la vida y la muerte deTutankamón, la crueldad de Ramsés, la invasión de Alejandro Magno y la relación fatal de Cleopatra con Roma que acabó con la caída de Egipto.

kinson avanza por la larga lista de reyes que se van sucediendo a lo largo de sus numerosas dinastías hasta llegar a Cleopatra y Ptolomeo Cesarión. A su vez, de forma extensa y casi novelada, va revelando misterios y descubriendo detalles en un relato repleto de acontecimientos excepcionales sobre cómo fueron los primeros papiros, la construcción de templos y de las pirámides, las estarnas de bronce, los jeroglíficos, la conquista de Nubia, la revolución religiosa de Ajenatón, el poder y la belleza de Nefertiti, la vida y la muerte de Tutankamón, la crueldad de Ramsés, la invasión de Alejandro Magno y la relación fatal de Cleopatra con Roma que acabó con la caída de Egipto.

Howard Cárter, el señor de la momia

El 26 de noviembre de 1922, dos horas antes del ocaso, el egiptólogo inglés Howard Cárter  penetraba en un corredor tallado en la roca y excavado en el suelo del Valle de los Reyes. Cuatro días después, el anuncio del descubrimiento de la tumba de Tutankamón ocupó los titulares de prensa de todo el mundo. Había realizado el más grande y magnífico descubrimiento sobre la civilización antigua. El acontecimiento generó una oleada de interés mundial por conocer los tesoros y por la historia de los faraones. La egiptología experimentó un avance hasta entonces nunca conocido La máscara de oro de Tutankamón y los demás tesoros de su tumba despertaron en el niñoToby Wilkinson la pasión de su vida: Egipto.

Accesible al lector medio

El libro supone un inmenso estudio que abarca de forma cronológica la historia completa de esta gran cultura de la Antigüedad -algo que nadie había hecho en los ultimos 50 años desde que Alan Gardiner publicó El Egipto de los faraones- y pretende aprovechar los últimos avances de la arqueología y los esuidios realizados por académicas en todo el mundo en estos años para que no sólo sea una obra bien documentada, sino también atractiva y accesible para el lector medio. A pesar de los años, las civilizaciones antiguas, y en especial Egipto, siguen fascinando. Con esta obra, Wilkinson pretende mostrar una realidad mucho más compleja. Pese al poderoso testimonio de los deslumbrantes tesoros de los faraones, de sus espectaculares monumentos, sus magníficas obras de arte y sus logros culturales, el antiguo Kgipto tenía un lado oscuro. Los primeros faraones ya supieron comprender el extraordinario poder de la ideología para unir a personas dispares en su lealtad al Estado. «Los reyes explotaron herramientas de liderazgo que aún hoy siguen vigentes: el boato ceremonial en las apariciones públicas minuciosamente coreografiadas para diferenciar al soberano de la plebe, la pompa y el espectáculo de las grandes ocasiones de Estado, el fervor patriótico...», explica el profesor. Y también sabían de la eficacia de otros medios para mantener el poder y las utilizaban, como la propaganda política, la discriminación racial o la brutal represión de las disidencias. Lejos de sentirse inclinado a ver la cultura faraónica de forma entusiasta o con emocionada reverencia, sus años de estudio le han hecho incomodarse con ese otro aspecto más oscuro y menos deslumbrante. Según sostiene el autor, «nos deleitamos con las victorias militares, pero no reflexionamos sobre la brutalidad de la guerra: admiramos las pirámides, pero no pensamos en el sistema político que las llevó a cabo; nos emocionamos con el herético Ajenatón y sus obras, pero no sabemos cómo se vive bajo un soberano déspota y fanático. No faltan evidencias: desde sacrificios humanos -en la I Dinastía- a revueltas campesinas -bajo los Ptolomeos- y una relación entre el rey y sus súbditos basada en el temor y la coacción y no en el aprecio y la admiración». El poder utilizaba el miedo y la fuerza para salvaguardara las clases poderosas, y para realizar sus grandes construicciones recurrieron al trabajo forzoso y a la esclavitud en un claro desprecio por la vida humana. Wilkinson sostiene que precisamente estas premisas fueron las que, a la postre y, poco a poco, fueron minando su fortaleza y estabilidad. Destacando estos aspectos menos favorecedores de una civilización tan deslumbrante como la egipcia, el egiptólogo pretende proporcionar un panorama más completo y equilibrado que el que suele encontrarse en los manuales.

Los antiguos egipcios inventaron un concepto de Estado-nación que, 5.000 años después, aún está vigente. Su civilización duró tres milenios. Su longevidad se debe a que consiguieron un patrón arquetípico de Gobierno tan socialmente aceptado que, pese a los altibajos históricos, se prolongó durante cien generaciones.

Concepto de nación

Fueron el primer pueblo en compartir una cultura, una perspectiva y una identidad, dentro de un territorio definido y bajo una autoridad política común: su concepto de nación es el que sigue imperando en el mundo. Si los tres mil años de civilización faraónica contienen todos los elementos de una novela épica -cortes fastuosas, intrigas dinásticas, turbios asesinatos y batallas legendarias; historias individuales de heroísmo y villanía, de triunfo y de tragedia; mujeres poderosas y reyes despóticos-, parece que la realidad histórica es aún más sorprendente e interesante. El antiguo Egipto es sobre todo la historia de cómo se unió un reino dispar y de cómo se defendió de sus enemigos. Wilkinson combina un destacado registro narrativo con su detallado conocimiento de los jeroglíficos y la iconografía del poder para revelar toda la complejidad de este largo periodo y contamos la historia de una de las civilizaciones más influyentes y duraderas.

75 aniversario de la creación de las Brigadas Internacionales

Cuatro supervivientes relatan, en el 75 aniversario de la creación de las Brigadas Internacionales, su derrota en la Guerra Civil y la revancha en la II Guerra Mundial

Tenían menos de 20 años cuando dejaron su país y su familia para venir a jugarse la vida en España, a defender un Gobierno que no era el suyo pero cuyos ideales compartían: la República. En su día. llegaron a ser 35.000 —entre ellos, escritores como George Orwell y políticos como Willy Brandt—, procedentes de 55 países. Cerca de 9.000 murieron o cayeron prisioneros. Hoy quedan pocos vivos, pero cuatro de ellos han venido a España para participar en las jornadas-homenaje que ha organizado la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales en el 75 aniversario de su creación por decreto. Firmado por el entonces presidente de la República, Francisco Largo Caballero. 

"Yo tenia 17 años y pensé que tenía que hacer algo. No quería quedarme parado mientras veía al fascismo ganar en España. El día que cumplí los 18 me fui. No le dije nada a mi madre,porque nunca me hubiese dejado, y tuve muchos remordimientos por lo mal que lo pasó, aunque después decía que estaba muy orgullosa y me convertí en su favorito. Y éramos 8 hermanos", relata David Lomon. británico, a un mes de cumplir los 93 años. "Pero no me arrepiento de haber venido a defender a aquel Gobierno democráticamente elegido. Lo volvería a hacer mil veces".

Lomon vino pensando que ganarían. "Éramos los buenos", dice con una sonrisa. No tardó en darse cuenta de que no iba a ser tan fácil. "Cuando llegué a España no conocía la magnitud del apoyo que los italianos y alemanes estaban dando a Franco. No esperaba eso. Tampoco esperaba que estaríamos tan solos. A los republicanos no les apoyaba nadie, solo voluntarios".

A Lomon le indignó oír que "comunistas y anarquistas estaban combatiendo entre ellos durante la guerra", pero cuando realmente se dio cuenta de la debilidad de su bando fue durante el breve entrenamiento que realizó antes de incoporarsc al frente. "Fue terrible. De armas, teníamos las sobras de los rusos y de la I Guerra Mundial. Se atascaban. Eran muy delicadas. No les sentaba bien ni el calor, ni el frío". No ha olvidado el día que le pusieron delante la ametralladora Maxim. "Nunca había visto un arma hasta entonces".

Lo mejor de su paso por España fue conocer a los republicanos, cuenta. "Me fascinó ver a gente tan pobre y a la vez tan orgullosa". Se echó una novia española, pero duró poco. "Recuerdo que un día, la invité al cine, ¡y se plantó allí con toda su familia!", ríe a carcajadas.

No llegó a participar en grandes combates — "solo escaramuzas"— pero estuvo a punto de morir. Una bomba le dejó inconsciente durante no sabe cuánto tiempo. Cuando se despertó estaba en un campo de prisioneros. "Me habían capturado los italianos. Casi todos eramos extranjeros. De hecho, mientras estuve allí, la Gestapo vino a ver qué alemanes apoyaban a los españoles. Fue algo espantoso. Cuando te meten en un sitio así es como si te apartaran del mundo. Salí libre en un intercambio de prisioneros: me cambiaron por algún italiano".

Durante la entrevista, enseña orgulloso el pasaporte español que ha obtenido gracias a la ley de memoria histórica, que concedió la nacionalidad española a los brigadistas internacionales. Perder la guerra en España fue "un golpe muy duro" pero asegura que le sirvió de "inspiración" para al regresar al Reino Unido, ingresar en el Ejército, "para luchar después contra Hitler. Esa guerra sí la ganamos".

El estonio Erik Ellmann, de 92 años, parecía incómodo con los aplausos que recibió en el homenaje. "No los merezco. Yo era un niño. Tenía 19 años y solo participe en el final de la guerra. Hice lo mejor que pude con el arma que me dieron: una de 1896", dijo.

Hijo de un matrimonio pobre, Ellmann recuerda que el Gobierno de su país "hizo una ley por la que castigaba a 10 años de trabajos forzosos a quienes ayudaran a los españoles". Decidió arriesgarse. "Mis ideales y los de mis padres eran los mismos que los de la República". Estuvo en la batalla del Ebro y guarda un enorme remordimiento. "Íbamos de avanzadilla y teníamos que avisar si veíamos avanzar a los franquistas. Nos fuimos a descansar y avanzaron. No sabemos qué pasó con los que venían detrás de nosotros".

Los hermanos José Eduardo y Vicente Almudéver Mateu, de 92 y 94 años respectivamente, nacidos en Francia pero de padres españoles, tampoco han olvidado. "¡Fuimos al frente sin balas!", asegura José. "A cinco kilómetros había una columna del PCE y me dieron cinco. Después el coronel nos dio otras cinco. ¡Diez balas para una guerra!". El 25 de mayo de 1938. cayó herido en combate. "Al darme el alta, me mandaron a casa pero volví. Terminé en el puerto de Alicante. Fue terrible lo que pasó allí".

En aquel puerto, 20.000 republicanos, ya perdedores de la Guerra Civil, esperaban en abril de 1939, la llegada de unos barcos extranjeros que nunca llegaron para huir de Franco. Cuando al entrar las tropas italianas quedó claro que no había escapatoria, muchos optaron por suicidarse. "Recuerdo a una mujer embarazada, echada en el suelo, y a un hombre que se afeitaba con una navaja a su lado. Oí un grito terrible. Cuando volví a mirar, el hombre se había degollado y la mujer lo había visto todo", recuerda José, quien salió de aquel puerto direco al campo de concentración de Los Almendros tras haber tirado al mar su carné de la Brigada.

Vicente estuvo en el frente de Guadalajara y en la batalla del Jarama. También en Madrid. "Pese a haber perdido, de lo que más orgulloso estoy en mi vida es de haber luchado en la Guerra Civil con la República", asegura. Como sus compañeros, también luchó después en la segunda Guerra Mundial.

José Carrillo, hijo del exdirigente del PCE, Santiago Carrillo, y actual rector de la Universidad Complutense de Madrid, donde se acaba de levantar un monumento a los brigadistas. afirma: "No recuerdo un ejemplo de solidaridad internacional como la participación de los 35.000 brigadistas que vinieron a España a defender la legalidad de la República. y el de los propios españoles, que intentaron devolver el favor en la II Guerra Mundial incorporándose a la resistencia contra los nazis. Son un ejemplo, no un invento de Stalin, como dice el nostálgico que ha presentado una denuncia contra el monumento y que me acusa de hacer política. La ciudad universitaria fue testigo. Aquí combatieron muchos brigadistas y en los edificios más antiguos todavía se pueden ver agujeros de bala".

Pese a la denuncia, el monumento se inauguró el sábado. Son dos grandes placas de acero en las que se lee una frase de Dolores Ibárruri: "Sois la historia. sois la leyenda. Sois el Ejército heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia".

El País

domingo, 23 de octubre de 2011

Fotos Primera Guerra Mundial (Archivo alemán, parte 1)

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75 aniversario de las Brigadas Internacionales


"Su llegada a Madrid, aquel 8 de octubre de 1936, menos de cuatro meses después de la sublevación franquista, sirvió para que la población republicana comenzara a sentir que no estaba sola". Cuando se cumplen 75 años de la creación de las Brigadas Internacionales, el historiador Justin Byrne recuerda cómo la llegada a España de estos combatientes extranjeros, convencidos de la necesidad de luchar contra el franquismo, contribuyó a levantar la moral del bando republicano.

Con motivo de este aniversario, Coordinación Internacional, una entidad en la que participan la española Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), realizará varios actos a partir de mañana. La convocatoria incluye la celebración de unas jornadas, en las que participarán historiadores y expertos del tema, con las que se pretende contribuir al conocimiento y el análisis del papel de estos combatientes voluntarios en la Guerra Civil y especialmente en la defensa de Madrid, en el invierno de 1936-1937.

Está previsto, asimismo, que el sábado se inaugure un monumento en su honor en la Ciudad Universitaria de Madrid. El brigadista británico David Lomon, el estonio Erik Elman y los francoespañoles Josep y Vicent Almudever, todos nonagenarios, estarán presentes en esta inauguración y participarán después en una comida de fraternidad. La AABI calcula que la cifra de brigadistas vivos en el actualidad no supera la veintena.

Los organizadores han invitado al acto al líder del Ejecutivo y varios miembros de su Gobierno, así como a los presidentes del Congreso y el Senado. Aunque todavía no han recibido respuesta, consideran que la presencia institucional en estos actos de homenaje es necesaria como "señal de respeto y agradecimiento".

El 22 de octubre de 1936 el presidente del Gobierno de la República, Francisco Largo Caballero, firmó un decreto por el que se constituyeron esas unidades compuestas por voluntarios extranjeros y también españoles. Los historiadores calculan que hasta su retirada, en octubre de 1938, fueron entre 35.000 y 40.000 los brigadistas que lucharon contra el fascismo en España. Muchos de ellos, aunque no hay una cifra exacta, acabaron siendo fusilados por las tropas de Franco o fueron torturados en campos de concentración antes de ser repatriados a sus países.

"Fenómeno internacional"

Para el catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense Julio Aróstegui, estos hombres -fueron muy pocas las mujeres que llegaron- contribuyeron a hacer de la guerra de España un "fenómeno internacional". "El elemento que les unía era el antifascismo. Algunos, como los británicos y los franceses, intentaron quebrantar la voluntad de sus gobiernos de origen, que habían apostado por la no intervención, y tomaron las armas ellos mismos", explica el historiador Justin Byrne, que ha participado en la programación de los actos que comienzan mañana.

Rebatiendo a los que aseguran que los brigadistas tenían "una formación mínima, aunque una voluntad de hierro", Aróstegui considera más que probada su cultura militar. "Solían ser más expertos guerrilleros que los españoles. Vinieron poetas, intelectuales, abogados... también gente con menos formación. Todos pasaron por el centro de formación de Albacete, donde eran instruidos por un comunista francés llamado André Marty", señala Aróstegui.

Además de su contribución a levantar el ánimo del bando republicano, en el que escaseaban las armas, pero también la moral, los expertos concluyen que la obediencia era uno de los aspectos más apreciados de los combatientes extranjeros. "Eran muy valorados por su disciplina y entrega". asegura Byrne.

Con el propósito de "mantener el contacto entre los brigadistas y demostrarles gratitud en actos públicos" se creó en 1995 la AABI. Su presidenta, Ana Pérez, explica que otro de los objetivos de la asociación es intentar que la historia de las brigadas se estudie de manera "más clara y notoria", por lo que trabajan para que se su historia se incluya en los currículos de enseñanza media.

"El legado de estas personas altruistas, solidarias y consecuentes a lo largo de sus vidas, debería mantenerse siempre presente", concluye Pérez.

Represaliados por luchar contra el fascismo

ERIK ELMAN


Los actos organizados por la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI) contarán con la presencia de este brigadista estonio de 92 años. Se unió a las Brigadas en 1938 y fue voluntario en las filas republicanas en el frente del Ebro. Acabó en un campo de concentración y entre 1941 y 1949 formó parte del ejército de la URSS.

DAVID LOMON

Este británico, que ahora tiene 93 años, fue capturado por soldados italianos durante la retirada republicana en 1938. Tras su detención, pasó varios meses en prisión hasta que fue repatriado. Se unió a la Marina Real Británica durante la II Guerra Mundial. Obtuvo el pasaporte español en junio de 2011.